miércoles, 4 de noviembre de 2015

Llorar al suelo y humedecer la tierra.

Pierde una canilla y junto a ella, también pierde el mundo entero.
Dos horas de una gotita equivalen a litros sutilmente desperdiciados.
Si mis penas ayudaran y las lágrimas de mis ojos repusieran el derroche sin conciencia, me lamentaría con gusto por el planeta.

Madre, qué hice yo para que me obligues a verte sufrir con semejante dolor?
Madre, siempre quise ser una buena hija.
Madre, tu pesar me daña.


Madre Tierra, te acompaño.

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